La otra cocina

Por: Beto Ballesteros

Instagram @betoballesteros

La fortuna que uno tiene en cada viaje es poder encontrar las cocinas que nos emocionan que provocan la fundación del recuerdo.

Hace unos días en el binomio de COFRASA y Flor de Lis, el chef Diego Telles juntó a un grupo de amigos para reencontrase con su viejo compañero de cocina, Oswaldo Oliva, chef de Lorea y Aleli en Ciudad de México.

Ellos se conocieron hace años cocinando en País Vasco, en la cocina de Mugaritz y desde ahí lograron tejer una relación personal que pasa por la cocina y por un mar de emociones.

A la cita, en la sala de exposiciones de COFRASA llegaron varios amigos entre quienes estaban, Lucia Barrios de Mister Menú quien disfruto de largas platicas con cada uno de los invitados, nos acompañó Javier Lainfiesta del programa de radio Los Gastronomicos y que ha cubierto muchas de las acciones de crecimiento de la gastronomía en Guatemala.

No podía faltar Peter Meng de Sal Charcuteria, que llego con una charola de encurtidos, mismos que fueron devorados con gusto por la mayoría de los asistentes.

Roberto de La Fuente de Clios con sus quesos, nos compartió uno muy especial, elaborado con sal negra de Sacapulas, lo que nos lleva a pensar en que esta unión de amantes de la cocina, están haciendo algo mas allá que disfrutar la cocina. Están dejando huella en cada acción.

A este reencuentro en una de las cocinas de COFRASA, no podían quedar fuera dos viejos compañeros de Mugaritz que al igual que Diego Tellez, se formaron bajo normas muy estrictas en una de las mejores cocinas del mundo.  Marcos Saenz de Casa Santo Domingo y Emilio de Buenos Aires quienes intentaron ayudar en la construcción de la cena, pero que entre las risas y las distracciones, se quedo solo en intensión su participación. Ellos al igual que muchos, dejaron que el chef anfitrión Diego Telles, cocinara con calma un pescado con un toque de limón y mantequilla que nos maravillo por su sencillez y excelente sabor.

Al final, todos los asistentes gozaron de las risas y las cocina amplia, en donde cada uno se desplazaba al rededor de la estación observando los equipos que hay en COFRASA y dejando que el chef Diego, nos enseñara su técnica en un plato sencillo a la vista, pero complejo en la elaboración.

Al final, una vez más no pudimos dar cuenta de algo tan sencillo. La cocina con alma, la que funda recuerdos, es la otra cocina. Y esa es la que a muchos nos gusta.